martes, 5 de octubre de 2010

El CAPITALISMO



El capitalismo es un sistema político, social y económico en el que grandes empresas y unas pocas personas acaudaladas controlan la propiedad, incluyendo los activos capitales (terrenos, fábricas, dinero, acciones de la bolsa, bonos). El capitalismo se diferencia del sistema económico anterior, el feudalismo, por la compra del trabajo a cambio de un salario, y ya no por la mano de obra directa que se obtenía por concepto de costumbre, tarea u obligación (cercana a la esclavitud) en el feudalismo. Se diferencia del socialismomayormente por la predominancia de la propiedad privada, en contraste con la propiedad social de los elementos de producción. En el capitalismo el mecanismo de precios se utiliza como supuesta señal que asigna recursos entre usos distintos. Las distintas formas del capitalismo dependen de, entre otros, el grado al cual se utilice el mecanismo de precios, el grado de competitividad de los mercados y el nivel de participación gubernamental en la economía.
Para definir el capitalismo es necesario definir sus principios básicos, ya que no existe un consenso sobre su definición. Generalmente, el capitalismo se considera un sistema económico en el cual la propiedad privada desempeña un papel fundamental. Este es el primero de los principios básicos del capitalismo. Se incluyen también dentro de éstos la libertad de empresa y de elección, el interés propio como motivación dominante, la competencia, la importancia del sistema de precios o de mercado y un reducido papel del gobierno.


Sobre la propiedad privada, el capitalismo establece que los recursos deben estar en manos de las empresas y personas particulares. De esta forma, a los particulares se les facilita el uso, empleo y control de los recursos que utilicen en sus labores productivas. Como consecuencia de lo anterior, los particulares podrán utilizar los recursos como mejor les parezca.
La libertad de empresa propone que las empresas sean libres de conseguir recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el mercado que éstas dispongan. A su vez, son libres de escoger el negocio que deseen desarrollar y el momento para entrar o salir de éste. La libertad de elección se aplica a las empresas, los trabajadores y los consumidores, pues la empresa puede manejar sus recursos como crea conveniente, los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que esté dentro de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que desean consumir, buscando que el producto escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los límites de su ingreso.
Competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o personas que ofrecen y venden un producto (son oferentes) en un mercado determinado. En dicho mercado también existe un gran número de personas o empresas, denominadas consumidores (también llamados demandantes), las cuales, según sus preferencias y necesidades, compran o demandan esos productos. A través de la competencia se establece una "rivalidad" entre productores. Los productores buscan acaparar la mayor cantidad de consumidores para sí. Para conseguir esto, utilizan estrategias de reducción de precios, mejoramiento de la calidad, etc., siendo esta la forma en que la competencia crea un cierto control que evita el abuso por parte de alguna de las partes.
El capitalismo se basa en una economía en la cual el mercado predomina. En éste se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos y las que los demandan. El mercado, por medio de las leyes de la oferta y la demanda, regula los precios según los cuales se intercambian los bienes y servicios, permite la asignación de recursos y garantiza la distribución de la renta entre los individuos.
Cada uno de los actores del mercado actúa según su propio interés; por ejemplo, el capitalista, quien posee los recursos y el capital, busca la maximización del beneficio propio por medio de la acumulación y reproducción de los recursos, del capital; los trabajadores, quienes trabajan por la recompensa material que reciben (el salario) y, por último, los consumidores, quienes buscan obtener la mayor satisfacción ("utilidad" es la palabra que utilizan los economistas) adquiriendo lo que quieren y necesitan al menor precio posible.
El gobierno en una economía capitalista pura está reducido a su mínima expresión. Sólo se encarga del ordenamiento jurídico que garantice ciertas libertades civiles, el control de la seguridad interna por medio de las fuerzas armadas en conjunto con la policía, y la implantación de políticas indispensables para el funcionamiento de los mercados y el respeto de la propiedad privada. Su presencia en la economía perturba, supuestamente, el funcionamiento de ésta.



Dependiendo del nivel de influencia del gobierno en la economía, además del capitalismo puro, existen el capitalismo autoritario (en el cual los recursos le pertenecen a los particulares pero el gobierno dirige y controla gran parte de la economía) y el capitalismo mixto (en el cual el gobierno y los particulares influyen en la distribución y asignación de los recursos).
El capitalismo surge cuando los derechos de propiedad se establecen de forma definitiva de tal forma que los propietarios puedan disponer de sus recursos, principalmente la tierra, de la mejor forma. Esta transformación se presenta en la parte suroriental de Inglaterra a comienzos del siglo XV cuando los señores feudales pasan de un sistema donde la tierra era explotada por sus siervos sin que ellos fuesen los dueños y con pocos incentivos para incrementar su productividad a un sistema de arriendo, donde la renta dependía de las condiciones del mercado generadas por la competencia entre arrendatarios actuales y potenciales por obtener dichas tierras. Dado que ahora las ganancias eran la base sobre la cual se calculaba el pago de la renta al dueño de la tierra, tanto los arrendadores como los arrendatarios tenían un interés en aplicar nuevas técnica agrícolas que aumentaran al productividad, lo cual en muchos casos genero una expansión en el área cultivada y una reducción en la mano de obra.
Debido a la reducción en el empleo rural, muchas personas se vieron obligadas a migrar a las ciudades donde se empleaban en las incipientes fábricas, muchas veces con salarios bajos y jornadas de más de 12 horas. Sin embargo, la mayor producción agrícola generada por la aplicación de nuevas tecnologías permitió que los precios de los alimentos se redujeran y en general el salario real aumentara, es decir, aún aquellos que ganaban un salario bajo podían comprar más bienes. También esta nueva clase obrera demandaba bienes básicos de consumo masivo y menos calidad lo cual genero un auge en la industria y abrió nuevas industrias que satisfacían esta demanda.

Históricamente siempre ha habido capitalistas. En las civilizaciones antiguas de Oriente se ofrecían servicios a cambio de piedras talladas de bonitas formas. Una inutilidad. Lo que es obvio en el contexto es que en esas civilizaciones había un cabeza de grupo, llámesele Emperador, Rey o Piloto de Fórmula 1. Este hombre expoliaba a los aldeanos y trataba a todos amablemente a través de los latigazos de la esclavitud. Solían surgir dolores de oído por el ruido de los látigos al chasquear, pero eso a nadie le importa. Lo importante es que esos individuos tenían toda una cantidad de oro que crecía y crecía y crecía y crecía.Los Romanos inventaron el capitalismo moderno. Ellos, mas inteligentes que los aldeanos orientales, pagaban a las profesionales con piezas de cobre. Las ganancias aumentaban a través de suculentas campañas de conquista a los pueblos bárbaros a través de la ley romano-ibérica, expropiandoles todos su bienes materiales tales como las gaitas a los celtas, las paellas a los iberos y los... coches, si, los coches a los germanos. Estos artículos de primera calidad europea eran vendidos después en los mercadillos de Ostia que, para los mal pensados, era un puerto cercano a Roma.







Bien salidos de la Edad Media para acabar de una puñetera vez de narrar esto, nos encontramos con los emprendedores españoles montando su propio modesto Imperio económico. Todo ello desde el respeto a los demás. Con su extenso pacifismo y espíritu de hacer cosas buenas, como chupar la sangre a todo América, guerrear con los moñas o intentar invadir la Pérfida Albión, los españoles lograron su pequeño gran capitalismo. Eso duraría menos de lo que un servidor desearía, pues Napoleón llegó para dar por culo.
Que, hablando de Napoleón, en Francia se fraguaron los primeros idealismos anticapitalistas de la época. El pueblo, lleno de ira y falto de dientes, se rebeló contra los gobernantes gabachos y realizó una hazaña digna de Hugo Chávez que todos los franceses te recordarán si vas a su país. El problema es que, en un alarde de originalidad, expulsaron a patadas a unos tiranos para poner a otro en el poder. Loseuropeos, que ya se sabe...
Al otro lado del Atlántico, con el dominio arrancado a los herejes de las manos, comenzaba el mayor cachondeo de la historia, una carcajda colectiva que llega hasta nuestros días: Los Estados Unidos de América. Gran pueblo, de gran carácter, de grandes convicciones y grandes carteras. Los norteamericanos modernizaron elcapitalismo ibero-romano adaptándolo a la nueva época. Gracias a esto pronto subieron como la espuma y se colocaron como Primera Potencia Mundial aunque cualquiera lo haría en semejante terreno.
Características:
 A lo largo de su historia, pero sobre todo durante su auge en la segunda mitad del siglo XIX, el capitalismo tuvo una serie de características básicas. En primer lugar, los medios de producción —tierra y capital— son de propiedad privada. En este contexto el capital se refiere a los edificios, la maquinaria y otras herramientas utilizadas para producir bienes y servicios destinados al consumo. En segundo lugar, la actividad económica aparece organizada y coordinada por la interacción entre compradores y vendedores (o productores) que se produce en los mercados. En tercer lugar, tanto los propietarios de la tierra y el capital como los trabajadores, son libres y buscan maximizar su bienestar, por lo que intentan sacar el mayor partido posible de sus recursos y del trabajo que utilizan para producir; los consumidores pueden gastar como y cuando quieran sus ingresos para obtener la mayor satisfacción posible. Este principio, que se denomina soberanía del consumidor, refleja que, en un sistema capitalista, los productores se verán obligados, debido a la competencia, a utilizar sus recursos de forma que puedan satisfacer la demanda de los consumidores; el interés personal y la búsqueda de beneficios les lleva a seguir esta estrategia. En cuarto lugar, bajo el sistema capitalista el control del sector privado por parte del sector público debe ser mínimo; se considera que si existe competencia, la actividad económica se controlará a sí misma; la actividad del gobierno sólo es necesaria para gestionar la defensa nacional, hacer respetar la propiedad privada y garantizar el cumplimiento de los contratos. Esta visión decimonónica del papel del Estado en el sistema capitalista ha cambiado mucho durante el siglo XX.

Cuando este simpático pueblo se fue a dar un paseo y comenzó la Edad Media, el capitalismo llegó a su peor expresión histórica: Los Feudos, ¡Aaaaarghhh!. Europa entera se transformó en una sociedad feudalista, donde un terrateniente cogía a gente pobre cual esclavos y daba tierras para trabajar a cambio de un numero por ciento de ganancias y algún que otro trabajillo de la hija campesina. Curiosamente, la gente no comenzaba una revolución social, sino que seguía trabajando felizmente. Pero los dueños, no contentos con tener dinero a mansalva, iban comprando feudos enemigos a través de OPAs hostiles. Así se arremolinaron en Reinos (¡Si si, de los de las películas tipo El Rey Arturo!). Mientras Europa entera caminaba esclavizada por reyes (capitalistas de genealogía, lo peor que se puede encontrar), en Asia tampoco era el panorama muy distinto. Por todos es conocido la afición mercantilista de los asiaticos con sus rutas de comercio y carabanas de chinitos vendiendo seda y otras cosas. Estos mercaderes tenían un riguroso estilo de conducta a través del cual engañaban a la gente para acaparar cuanto dinero era posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario