martes, 26 de octubre de 2010

MÉXICO PREHISPÁNICO


Hace cerca de cinco mil años, en el México prehispánico se cultivaban –prioritariamente– el maíz y el frijol, y se domesticó el guajolote, por lo que la base alimenticia estaba completa. Sin embargo, no había grandes animales que fuesen comestibles o que ayudaran a arrastrar carros con ruedas. Las ruedas inventadas en nuestro continente tuvieron una aplicación ritual o se utilizaron en los otro lado, la llama y la alpaca, los mayores mamíferos americanos útiles para jalar carros, sólo se conocían en la zona andina, en donde se registró también la domesticación inicial de la papa. Los iniciaron de un lugar a otro con relativa facilidad, en virtud de lo cual, los bienes culturales de las sociedades asentadas en aquellas tierras, crecieron y se diversificaron más rápidamente que en las americanas. En el México prehispánico se construyó, al margen del resto del mundo, una extraordinaria, compleja y rica cultura dominada por la religión y que empíricamente generó una gran diversidad de productos, muchos de ellos para solucionar las necesidades cotidianas de la vida en aquel momento. Se le llama México prehispanico al periodo histórico que se vivió en la etapa comprendida antes de la llegada de los Españoles al suelo mexicano y su Conquista. Esta etapa incluye el Horizonte Preclásico ( 2,000 A.C. al 200 D.C.), el Horizonte Clásico ( 200 D.C. al 900 D.C.) y el Horizonte Posclásico ( 900 D.C. al 1521 D.C.). Para su estudio el territorio deMesoamérica se dividió en 6 regiones culturales y su estudio ha sido exhaustivo y lleno de sorpresas. México Prehispánico demostró tener una rica cultura, mucho conocimiento y sociedades muy bien establecidas y orgullosa.Su principal economía era la agricultura y el comercio. Practicaban la talla de piedra. Ya se habian vuelto sedentarios. 


En el vasto territorio de lo que hoy es México, desde el segundo milenio antes de nuestra era hasta el año1519, se desarrolló la excepcional civilización mesoamericana, compuesta de una gama de culturas originales: la olmeca, la maya, la mixteca, la teotihuacana, la azteca y la tolteca. En la parte más elevada de la región cultural, como simbólica pirámide natural, se encontraba el Valle de Anáhuac o de México, corazón de Mesoamérica. Las aguas atrapadas entre una cadena de volcanes formaron cinco lagos de poca profundidad, en torno a los cuales se asentaron diversos grupos humanos, en épocas distintas. La zona resultaba muy atractiva por las ventajas militares y naturales que presentaba: contaba en el interior con eficientes vías de comunicación, y por la parte exterior estaba resguardada por las montañas.
Los mexicas, procedentes del norte, del mítico Aztlán, llegaron tardíamente a la meseta central, por lo que tuvieron que aceptar la supremacía de Azcapotzalco, aunque no por mucho tiempo. En menos de 50 años, la "Serpiente de Obsidiana" dominó a los antiguos amos y estrechó sus anillos en torno a la Triple Alianza —con Texcoco y Tacuba—, que dividiría el Valle en tres esferas de influencia. El espíritu inicial cambió rápidamente, y en realidad el emperador mexicano era quien predominaba sobre los otros dos. Con el tiempo, la zona de influencia azteca habría de extenderse hasta el sur, a la región maya y más allá. Así, MéxicoTenochtitlán desplegó un orgulloso señorío sobre las aguas: el soberano azteca se convirtió en sinónimo de poder y dominio. Los tributos de los pueblos circunvecinos se desbordaron sobre la ciudad. De afianzar la hegemonía económica y comercial se encargaron los pochtecas, cuyas caravanas recorrían, infatigables, miles de kilómetros de territorios altos y bajos, selváticos y semidesérticos por igual. Lujo y riqueza colmaron el Imperio, régimen teocrático y militarista que se pregonaba heredero de la milenaria cultura tolteca. Nunca antes los mesoamericanos habían sido testigos de tal esplendor.
Pocos saben que los aztecas no sólo se preocuparon de expandir sus dominios, sino que, deliberadamente, también reescribieron su pasado histórico; destruyeron —por indignos— los documentos relativos a los antecedentes tribales y construyeron la nueva historia, tal como la conocemos hoy. Con ello, elaboraron lo que antropólogos y sociólogos contemporáneos llaman el "mito fundacional" del poderío tenochca: el Sol, representado por el águila, al posarse sobre el nopal marcaba el lugar donde debía establecerse México Tenochtitlán, y señalaba a sus habitantes como el pueblo elegido para cumplir una misión cósmica: mantener vivo al Astro Rey. No imaginaban los pueblos mesoamericanos que la vida que conocían llegaría a su fin y que ellos serían parte esencial de un nuevo pueblo.





   El continente americano de esos entonces se divide en:
  •  Zona andina.
  •  Cultura andina (incas)
  •  Zona circuncaribe.
  •  Zona aridoamérica (del norte de México hasta Honduras).
  •  Mesoamérica (del centro de México hasta Honduras).

Aridoamérica se caracterizó por tener zonas áridas, poca vegetaciónclima extremoso. Los habitantes de estos lugares eran semi – nómadas, pescadores y cazadores, debido al terreno no se dedicaron a la agricultura. Estos pueblos salvajes, no tenía grandes avances en la agricultura como los mesoamericanos, pero, por el contrario tenían grandes avances en la tecnología, la astronomía, en calendario, la numeración, la física y lasmatemáticas.
Su organización social era igualitaria; y la organización política era patriarcal o matriarcal. Vivían en cuevas. El pueblo que alcanzó más desarrollo fue Paquimé. Su vestimenta era sólo un taparrabo y se pintaban el cuerpo de colores naturales (de naturaleza). Su cultura se basaba en la medicina, lareligión y la muerte. No eran politeístas, los pamé adoraban al Sol; su forma de curar era rudimentaria y a veces salvaje, para los aridoamericanos lamuerte era algo normal, un pago a los dioses.
Los mesoamericanos
Los mesoamericanos (pueblos que vivían en mesoamérica) se caracterizan por ser un pueblo agrícola, por tener grandes conocimientos de numeración, tener un calendario civil y rural, practicar física, astronomía y matemáticas, tener actividad comercial interna, ser sedentarios y tener una religión politeísta, tenían muchos dioses y realizaban sacrificios, construían templos, pirámides y juegos de pelota dedicados a sus dioses. Su división social era de acuerdo al trabajo desempeñado, tenían un gobierno teocrático – militar, estaban conformados en ciudades estado, imperios o tribus.
Cuando una cultura nace, es por la mezcla de la cultura pasada con la nueva para formar otra.
La cultura arcaica se desarrolló en el periodo preclásico que comprende del 2000 a. C. hasta el inicio de la era cristiana, poblando los estados de Zacatenco, Ticomán, Tlatilco, Tacuba, Copilco, Cuicuilco y orillas del río Texcoco. En Cuicuilco aún existen restos de la pirámide circular, deformada por la explosión del volcán Xitle.
Se dice que los olmecas son precursores de la cultura mexica. Hay dos tipos de olmecas: olmecas históricos y olmecas arqueológicos.
Los olmecas arqueológicos llevaron a cabo un intercambio comercial. Un desarrollo de poblaciones, grandes conocimientos científicos, una división social, se llevó a cabo la construcción de obras públicas, el desarrollo de actividades comerciales, se desarrollaron estados- ciudad, su lenguaje fue la combinación del huasteco, se creía que ellos tenían descendencia del jaguar.
La cultura zapoteca se estableció en Oaxaca, su máximo centro ceremonial era Monte Albán que también hacia las veces de centro político, religioso,social, económico y cultural.
En todas las culturas se da la presencia de gobiernos teocrático – militar. Del año 800 a. C. al 300 a. C. hay una gran influencia tolteca sobre Monte Albán. Del 300 a C. Se desarrollo la cultura zapoteca, quienes alcanzaron grandes conocimientos en astronomía, matemáticas, las artes, la numeración, etc. Y en del año 100 al 800 d C. Se da un gran expansionismo territorial por parte de los teotihuacanos.





jueves, 21 de octubre de 2010

LA SOCIEDAD GLOBAL


La Sociedad Global es el Concepto que define a los grupos sociales como individualidades, en oposición a las generalizaciones que suponen que la humanidad se divide en grupos con mayor o menor grado de desarrollo y cuyo objetivo debe ser la transición hacia una sociedad industrial.
Se han considerado características de las sociedades globales su constitución como cuerpos concretos organizados dentro de un entorno geográfico determinado que influye en la ideología de sus componentes; por ejemplo, las diferentes formas de ser entre los isleños, los habitantes de los desiertos o los de las estepas, entre otros.
La identidad común entre los miembros de una sociedad global se refuerza porque se comparten símbolos, valores, modos de vida que conforman una unidad de conciencia que permite establecer vínculos mucho más sólidos. Dentro de los valores comunes hay que citar el papel del mito en las sociedades primitivas y, más tarde, de la historia, junto con las celebraciones, el calendario de festividades o la elevación de los antepasados a la categoría de héroes.

Una de las consecuencias negativas del discurso postmoderno poco analizadas ha sido la incertidumbre que produjo acerca de las posibilidades de auto-descripción de la sociedad global. Niklas Luhmann, el sociólogo alemán que tomó la problemática del filósofo francés Jean Francois Lyotard, prefirió una respuesta escéptica a la pregunta sobre tal posibilidad, a reserva de que no llegara a pensarse que la sociedad vive o bien que es posible la planificación o la reparación de ésta.El supuesto básico es que la globalización es una evidencia de que la sociedad global existe.
Por otro lado, es paradójico que las preguntas simples que Danilo Martuchelli y Francois Dubet, Ulrich Beck y Peter Wagner nos han vuelto a formular -¿En qué sociedad vivimos? ¿Cómo podemos vivir en paz nuestra ideas de vida recta y justa?- sean las preguntas más complejas de nuestro tiempo. Por supuesto, llama la atención –como dice Canclini- que los autores y editores latinoamericanos, satisfechos con el macondismo- ya no se planteen ni editen trabajos sobre tales interrogantes.
Las respuestas a estas preguntas, apresuradas por el voluntarismo teórico o por las estrategias editoriales, constituyen una constelación de adjetivos articulados al concepto de sociedad, una confusión sumada a la duda sobre la posibilidad de la auto-descripción social.
Desde la duda y lo confuso, la globalización se ha tematizado obsesivamente. En la sociología, la globalización es un objeto de conocimiento sobre el cual se han dicho múltiples discursos según observaciones, narrativas y subjetividades. La globalización se imagina, dice Canclini.
La globalización ha sido configurada como un objeto cuyo referente es la expansión a escala abierta de las acciones, interacciones y comunicaciones nacionales. La retórica de la globalización es omnipresente tanto como el proceso que refiere. Dice Beck “todo se disuelve en el sol del desierto de la globalización”.
Los principales temas del objeto de la globalización son su novedad, dimensiones, indicadores, observaciones y carácter. Esos temas aparecen como dilemas: la globalización es vieja o nueva; parcial o multidimensional; positiva o negativa, abierta o irreversible. Las metáforas más comunes asociadas a ella son un archipiélago, un mundo desbocado o un caballo sin jinete. Los creadores de estas figuras debaten sobre el alcance global o general del proceso de globalización, pero sobre todo acerca de la capacidad de gestión de este proceso de intensificación de intercambios.


Los sociólogos actuales observan que la nueva globalización es observada según la imaginación y la reflexividad estética o cognitiva de los sujetos sociales, es decir, según sentimientos, imágenes e informaciones; sin embargo, la mayoría de ellos coincide en que la globalización ha producido una sociedad global emergente, también llamada sociedad red, mundial y cosmopolita.
En efecto, la globalización pudo haberse iniciado mucho tiempo atrás, no obstante, lo que interesa a los sociólogos actuales es la globalización del presente y su relación con el pasado, de otra forma, cómo asumir las tradiciones del pasado, abandonándolas o seleccionándolas, mediante la reflexión. El concepto de globalización se diferencia teóricamente del concepto de globalismo; no es la misma cosa el intercambio económico y financiero internacional comparado con la gestión nacional de tales intercambios (Beck, 1998).
La idea misma de la globalización económica enfrenta esta otra idea de la globalización como un conjunto de procesos complejos para los cuales se utilizan determinadas estrategias de gestión. La idea del carácter benéfico de la globalización con la idea de la globalización como un peligro o una ideología y, la idea de la globalización como un proceso inexorable e irreversible se opone a la idea de la globalización como un horizonte abierto.
En tales circunstancias, la mejor descripción sociológica de la globalización y la sociedad global, es decir, la más reflexiva, supondría aceptar que independientemente de la historia, hay una nueva globalización; el rechazo del globalismo y la aceptación de la multidimensionalidad de aquélla, sin exageraciones sobre que todo está globalizado. Por supuesto, no todo es global, algunos procesos están más globalizados que otros, por ejemplo, los procesos culturales respecto de los procesos económicos; asimismo, es preciso no olvidar que lo global no sustituye lo local, pero sobre todo que existen sujetos segregados de la globalización.
La positividad o negatividad de la globalización está determinada por la reestructuración del tiempo y el espacio y los tipos de gestión estatal (Giddens,1998). El futuro de la globalización dependerá de un conjunto de enfrentamientos entre multitudes y multinacionales de los cuales por ahora han favorecido a las segundas. Por esa razón dice Beck que la globalización es la ausencia de gobierno mundial, aunque sería más exacto decir que consiste, más allá de la hegemonía de las multinacionales, es una ausencia de estado mundial.





Las características de la sociedad global







La sociedad global está constituida por una multiplicidad de interacciones y comunicaciones locales y nacionales producto de la intensificación de los intercambios internacionales. En modo alguno es una megasociedad, por el contrario, es una pluralidad u horizonte sostiene Beck, con mucha razón (Beck, 1998).
La sociedad global se caracteriza por la desintegración de la sociedad nacional e industrial y la multiplicación de riesgos. Ulrich Beck habla de una sociedad del riesgo como una segunda modernidad compleja. Para Beck, el proceso transitorio consiste en una serie de sustituciones de la sociedad industrial por una sociedad de riesgo; del amor tradicional por las relaciones abiertas; del trabajo de por vida por el trabajo flexible; de la identidad monocultural a las identidades abiertas, en las cuales no coincide la identidad con el territorio, la raza o la religión.

En el mismo sentido, Francis Fukuyama ha sostenido que la característica principal de las sociedades occidentales en las dos décadas pasadas ha sido la declinación de la confianza y el estrechamiento del radio de ésta. El declive de la confianza como capital social ha producido la desigualdad y la competencia. En tales circunstancias, la sociedad global y nacional se ha diferenciado en subsistemas autónomos que establecen relaciones con los otros tomados en calidad de entornos.
En el sistema económico la producción material de la manufactura es acompañada por la producción inmaterial de los servicios basados en la información (Rifkin, 2000; Hard y Negri, 2000). El trabajo físico característico de la producción industrial es devaluado en comparación de la valorización del trabajo intelectual. Las relaciones entre los trabajadores y los empresarios se reconfiguran, pero siguen basadas en las relaciones de explotación y desgaste de la fuerza de trabajo.




















En este sistema, es muy importante la emergencia del comercio y el dinero electrónico. El acceso a esta economía inmaterial determina nuevos tipos de subjetividad. El fin del trabajo físico en las sociedades centrales contrasta con la intensificación del desgaste de éste en las sociedades periféricas. El los dos tipos de sociedades el fin del trabajo es el fin del trabajo asegurado por las políticas estatales de bienestar. Es necesario interrogarnos acerca de cómo lo que sucede en las primeras es resultado de lo que acontece en las segundas.
Por otro lado, en el sistema político, si el estado, los partidos y los sindicatos, es decir, la política, son socavados por las multinacionales mediante una especie de “sub-política”, el estado y la nación no desaparecen ni tienden a desaparecer, por el contrario, intensifican sus dispositivos de control social y político. Es evidente que los estados nacionales ya no controlan por completo los flujos financieros, el monopolio de la violencia legítima y las comunicaciones, pero, se alían con actores internacionales para gestionar su inserción en la sociedad global (Beck, 1998; Hobsbawn, 2000).
En este “orden mundial” se integran sociedades débiles y poderosas, hay sociedades ganadoras y perdedoras, incluidas e incluidas subordinadamente. El futuro de los estados nacionales es distinto en las sociedades centrales y periféricas según su relación con el sistema económico mundial. La supra-soberanía de algunos estados centrales es el producto del mercado de las soberanías de los estados nacionales periféricos. La supra-soberanía de los estados centrales es el plusvalor de de dicho intercambio. Las guerras, pero sobre todo las alianzas para las guerras globales, hacen transparente ese mercado legar transnacional.
Ahora bien, en ese piso económico y político, se ha producido la mercantilización de la cultura mediante la producción de imágenes e informaciones. Al régimen de acumulación corresponde un régimen de significación –o un modo de producción informativo- caracterizado por la producción y consumo de objetos culturales como la comida, perfumes, libros, turismo, cine, música. La autonomía respectiva de la economía y la cultura experimentan una des-diferenciación que posibilita que parte de la ciudadanía se defina en el consumo (Lash y Urry, 1998).
En las sociedades periféricas, los regimenes de significación y las reflexividades que suponen se abigarran o hibridan. La fotocopia, la piratería, el ensamblado y la variación de las marcas comerciales representan los ejercicios más comunes de tal hibridación sociocultural. La situación resultante es una desproporción entre el incremento del consumo y la producción nacional de productos culturales (Canclini, 2002).
En tales circunstancias volvamos a las preguntas iniciales ¿Cómo vivir nuestras concepciones de vida recta y ordenada? Al respecto hay consenso acerca de la centralidad de la gestión, la gobernabilidad y la gobernancia internacional para el diseño e implementación de políticas económicas, sociales y culturales alternativas, sin embargo se desconfía cada vez más de los logros social-democráticos. Es comprensible –dice Bordieu- que los socialistas no hayan sido suficientemente socialistas; sin embargo ¿Es comprensible que ya no quieran serlo cuando más se necesita?






En efecto, hay acuerdos mínimos sobre la necesidad de rediseñar la globalización económica, reinventar lo político e impulsar el arte, la comunicación y la cultura alternativa. Para ello se piensa es necesario construir un tipo de ciudadanía multicultural y trasnacional, diseñar mapas que nos permitan ubicarnos en las ciudades y en el mundo y experimentar con la subjetividad y las diferencias socioculturales; sin embargo, el disenso aparece cuando se trata de los medios para conseguirlo (Jameson, 1995 ; Canclini, 2000 ).
Los desacuerdos comienzan cuando se enuncian las propuestas, que si hay que construir nuevas formas de comunicación entre militantes e intelectuales o los intelectuales deben renunciar a hablar en nombre de los otros y a tratar asuntos públicos; si las multitudes antiglobalistas deben modificar la escala de la globalización o abandonarla mediante la desconexión o el “éxodo”; si la sociedad civil debe mantener su autonomía del sistema al que pretende influir o debe plantearse el diseño de políticas públicas alternativas. Ese es el núcleo de la emergente esfera pública transnacional.

Una pregunta derivada de las dos preguntas enunciadas anteriormente es ¿Qué tipo de sociedad ha producido la globalización y cómo ésta ha expandido a la sociedad? En el debate actual, existen descripciones que pueden sistematizarse de acuerdo a los elementos de la observación construida en el apartado anterior. Antes de utilizarla en un sentido descriptivo intentemos una primera definición de acuerdo a los dos elementos básicos de la teoría de la modernización, la diferenciación y la integración social (Carlota Solé, 1999).

lunes, 11 de octubre de 2010

EL SOCIALISMO




Frecuentemente coexisten diferentes movimientos políticos que adoptan el título de Socialismo: desde aquellos con vagas ideas de búsqueda del bien común e igualdad social, hasta los proyectos reformistas de construcción progresiva de un Estado socialista en términos marxistas, o las variantes pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o nacionalistas), o al intervencionismo, definiciones de socialismo o de sus métodos que pueden variar drásticamente según varíen los interlocutores políticos y que algunas veces se distancian en mayor o menor medida de su etimología: estatistasnacionalistas, marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos, corporativistas de Estado o fascistas, socialistas de renta, socialistas de mercadomutualistassocialdemócratas modernos, etc.
Fue una fase primera e inferior de la sociedad comunista. La base económica del socialismo radica en la propiedad social sobre los medios de producción en sus dos formas -la estatal (de todo el pueblo) y la cooperativo-koljosiana, en el sistema socialista de economía nacional sobre la base de la gran producción maquinizada en todas las ramas de la economía, en la supresión de la explotación del hombre por el hombre. El socialismo surge como resultado del cambio revolucionario del régimen capitalista por el socialista. Se establece durante el período de transición del capitalismo al socialismo (ver) mediante las transformaciones socialistas en todas las esferas de la economía y de la cultura. El fin del socialismo es dar satisfacción a las crecientes necesidades materiales y culturales de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros sobre la base de desarrollar de manera incesante y planificada la economía nacional, de incrementar ininterrumpidamente la productividad del trabajo social. 
La economía socialista se apoya en la propiedad estatal (de todo el pueblo), que pertenece al pueblo entero en la persona del Estado, y en la propiedad cooperativo-koljosiana que es una propiedad de grupos, colectiva. La forma más madura, determinante y principal de la propiedad social unida al nivel más alto de socialización de su producción y a un elevado grado de organización del trabajo es la propiedad del Estado. Bajo su influjo y con su ayuda la agricultura se transforma en consonancia con los principios socialistas (ver Plan cooperativo de Lenin). Correspondientemente a las dos formas de propiedad la economía de la sociedad socialista consta de dos sectores: el estatal y el cooperativo-koljosiano. El primero comprende todas las empresas del Estado en la industria, en el transporte, en las comunicaciones, en la agricultura (sovjoses) y en el comercio. El sector cooperativo-koljosiano se compone de los koljoses y de las cooperativas de consumo. En oposición al modo capitalista de producción -bajo el cual los procesos económicos transcurren de manera espontánea en medio de la anarquía de la producción y de una enconada lucha competitiva, con sus secuelas: saqueo y despilfarro de la riqueza nacional, depauperación de los trabajadores- el socialismo asegura un proceso planificado e ininterrumpido de la reproducción ampliada, ritmos rápidos de desarrollo de la economía nacional, aumento del bienestar de las masas populares. El socialismo es la fase primera e inferior de la sociedad comunista. Esto significa que el estado de las fuerzas productivas de la sociedad y el nivel de la productividad del trabajo social no permiten aún satisfacer las necesidades de las personas según el principio comunista de distribución. Bajo el socialismo, 
se conservan la producción mercantil y las relaciones monetario-mercantiles, se utilizan la ley del valor, el cálculo económico, el dinero y la circulación de mercancías. También se conservan las diferencias esenciales entre la ciudad y el campo, entre el trabajo intelectual y el trabajo físico (ver). El socialismo no está libre de supervivencias del capitalismo -de cuya entraña ha salido- en la economía y en la conciencia de los hombres. En la sociedad socialista, el trabajo, liberado de la explotación del hombre por el hombre, no se ha convertido aún en la primera necesidad vital de los hombres. A todo ello se debe que, bajo el socialismo, sea necesario mantener en vigor la ley económica de la distribución de los bienes materiales con arreglo a la cantidad y a la calidad del trabajo invertido por cada trabajador, establecer el control social sobre la medida del trabajo y la medida del consumo. Las distintas formas de interés material (personal y colectivo) son de esencial importancia para el crecimiento y perfeccionamiento ulteriores de la producción socialista, para elevar la productividad del trabajo social, para incrementar el bienestar de los trabajadores. En la economía del socialismo, las contradicciones no presentan carácter antagónico, se superan según un plan, haciendo que avancen los sectores rezagados, perfeccionando las formas y los métodos de dirección y planificación de la economía, buscando reservas y utilizándolas mejor, estimulando la actividad creadora de las masas trabajadoras. El modo socialista de producción se estableció por primen vez en la Unión Soviética. Se está construyendo en varios países de Europa, de Asia y de América en el decurso de la edificación socialista. Actualmente, en la U.R.S.S. se lleva a cabo la transformación gradual del socialismo en comunismo. Durante los años 1961-1980 se creará la base material y técnica del comunismo (ver), se fundirán las dos formas de propiedad socialista en la propiedad comunista única de todo el pueblo; la productividad del trabajo alcanzará un elevado nivel; el trabajo que dispondrá de una técnica altamente productiva, se convertirá paulatinamente en la primera necesidad vital del hombre. Todo ello creará las premisas reales para que las relaciones socialistas de producción se transformen en comunistas, para que se instaure el modo comunista de producción, que trocará en realidad el principio del comunismo: "De cada uno, según su capacidad; a cada uno, según sus necesidades".

martes, 5 de octubre de 2010

El CAPITALISMO



El capitalismo es un sistema político, social y económico en el que grandes empresas y unas pocas personas acaudaladas controlan la propiedad, incluyendo los activos capitales (terrenos, fábricas, dinero, acciones de la bolsa, bonos). El capitalismo se diferencia del sistema económico anterior, el feudalismo, por la compra del trabajo a cambio de un salario, y ya no por la mano de obra directa que se obtenía por concepto de costumbre, tarea u obligación (cercana a la esclavitud) en el feudalismo. Se diferencia del socialismomayormente por la predominancia de la propiedad privada, en contraste con la propiedad social de los elementos de producción. En el capitalismo el mecanismo de precios se utiliza como supuesta señal que asigna recursos entre usos distintos. Las distintas formas del capitalismo dependen de, entre otros, el grado al cual se utilice el mecanismo de precios, el grado de competitividad de los mercados y el nivel de participación gubernamental en la economía.
Para definir el capitalismo es necesario definir sus principios básicos, ya que no existe un consenso sobre su definición. Generalmente, el capitalismo se considera un sistema económico en el cual la propiedad privada desempeña un papel fundamental. Este es el primero de los principios básicos del capitalismo. Se incluyen también dentro de éstos la libertad de empresa y de elección, el interés propio como motivación dominante, la competencia, la importancia del sistema de precios o de mercado y un reducido papel del gobierno.


Sobre la propiedad privada, el capitalismo establece que los recursos deben estar en manos de las empresas y personas particulares. De esta forma, a los particulares se les facilita el uso, empleo y control de los recursos que utilicen en sus labores productivas. Como consecuencia de lo anterior, los particulares podrán utilizar los recursos como mejor les parezca.
La libertad de empresa propone que las empresas sean libres de conseguir recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el mercado que éstas dispongan. A su vez, son libres de escoger el negocio que deseen desarrollar y el momento para entrar o salir de éste. La libertad de elección se aplica a las empresas, los trabajadores y los consumidores, pues la empresa puede manejar sus recursos como crea conveniente, los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que esté dentro de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que desean consumir, buscando que el producto escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los límites de su ingreso.
Competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o personas que ofrecen y venden un producto (son oferentes) en un mercado determinado. En dicho mercado también existe un gran número de personas o empresas, denominadas consumidores (también llamados demandantes), las cuales, según sus preferencias y necesidades, compran o demandan esos productos. A través de la competencia se establece una "rivalidad" entre productores. Los productores buscan acaparar la mayor cantidad de consumidores para sí. Para conseguir esto, utilizan estrategias de reducción de precios, mejoramiento de la calidad, etc., siendo esta la forma en que la competencia crea un cierto control que evita el abuso por parte de alguna de las partes.
El capitalismo se basa en una economía en la cual el mercado predomina. En éste se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos y las que los demandan. El mercado, por medio de las leyes de la oferta y la demanda, regula los precios según los cuales se intercambian los bienes y servicios, permite la asignación de recursos y garantiza la distribución de la renta entre los individuos.
Cada uno de los actores del mercado actúa según su propio interés; por ejemplo, el capitalista, quien posee los recursos y el capital, busca la maximización del beneficio propio por medio de la acumulación y reproducción de los recursos, del capital; los trabajadores, quienes trabajan por la recompensa material que reciben (el salario) y, por último, los consumidores, quienes buscan obtener la mayor satisfacción ("utilidad" es la palabra que utilizan los economistas) adquiriendo lo que quieren y necesitan al menor precio posible.
El gobierno en una economía capitalista pura está reducido a su mínima expresión. Sólo se encarga del ordenamiento jurídico que garantice ciertas libertades civiles, el control de la seguridad interna por medio de las fuerzas armadas en conjunto con la policía, y la implantación de políticas indispensables para el funcionamiento de los mercados y el respeto de la propiedad privada. Su presencia en la economía perturba, supuestamente, el funcionamiento de ésta.